Todo buen motorista tiene un par de botas de moto a las que ama con locura...y si no es así, debería mirar de conseguir unas. Y es que empezar a vestir por los pies es un sabio consejo que también debemos aplicar al ir en moto.
Hay botas de carretera deportivas. Quizá no sean las más cómodas para andar, pero si los pilotos de resistencia consiguen correr con ellas en la salida estilo Le Mans, podemos garantizarte que se puede caminar con ellas. Y lo más importante: son las que más protección ofrecen. Las puedes usar en tus escapadas más deportivas o en tandas en circuito, porque muchas están perfectamente homologadas para entrar en pista. De hecho, estaremos de acuerdo que la mejor forma de ponerlas a prueba es tocando con el slider en el asfalto hasta gastarlo. Un aspecto importante en una bota de moto deportiva es la ventilación. Al fin y al cabo, el motociclismo es un deporte y tus pies van a necesitar respirar mejor cuando lo practiques. Y además las puedes usar como botas para el verano.
La polivalencia viene de la mano de las botas de turismo. Pensadas para largas distancias y poder caminar con ellas cuando bajamos de la moto, nos van a servir de igual manera si vamos a la tienda de la esquina como si queremos recorrer medio continente. Y cuando llega el frío, es el momento de pasarse a las botas para invierno. Marcas como Dainese, Alpinestars o Sidi incorporan los materiales más avanzados como Gore-Tex, D-Dry o Drystar en sus membranas capaces de ofrecerte una gran protección contra asfalto y las inclemencias del tiempo, incluida el agua ...es bonito saber que podrás ir con el mismo calzado a Cabo Norte o a recoger a tus hijos del colegio.
Algunos pensarán que para ir por moto en ciudad no necesitan calzado especial, pero lo cierto es que los fabricantes, para nuestra suerte, no opinan lo mismo. Las botas de ciudad nos proporcionarán un calzado mucho más discreto y funcional que la clásicas botas para moto pero ofreciendo un tacto, una protección e incluso una visibilidad mucha más alta que unas zapatillas convencionales...y es que, como cantaba Nancy Sinatra "these boots are made for walking", ¡pero también for riding!
Ante todo las botas de carretera son un calzado y por ello, recuerda: hay que elegir las que mejor se adapten a la morfología de tu pie. Si tenéis la oportunidad de probarlas, lo más aconsejable es coger un par de calcetines térmicos y otro par de finos y mirar como os encajan.